22 mayo 2011

Puerta del Sol, Madrid.

Lleva toda la semana presidiendo una reunión de jóvenes y viejos, de trabajadores y de familias, de tirios y troyanos. Espontánea, democrática, participativa, sin líderes pero con bastante cabeza. No se ha bajado del caballo, pues se diría que no quiere perderse nada, y no ha hablado, ya que parece entender que es el momento de escuchar.


A la salida del Metro tal vez veáis esto, dibujado in situ, en las cercanías de su estatua (esto y más cosas, claro, algunas por pinceles más meritorios que el mío). Y deberíais ir, porque sería una lástima que la reunión se disolviera y no salga en claro lo que tiene que salir de allí. Afortunadamente, él no se va a mover, y los demás tampoco tienen aspecto de irse.