12 agosto 2010

Duarte.


"Un hombre había bajado del puente de mando y se dirigía hacia ellos, con la mano posada en la culata de la pistola que pendía de su cintura.
Iba íntegramente vestido de morado, con una elegancia que no era habitual entre los portugueses de las costas de Senegal, hombres que se preocupaban más por sus armas que por su indumentaria. (...) Su elevada estatura, su esbeltez, su porte elegante, daban a entender que se trataba de un hombre de alta condición social, acostumbrado al mando.
Los del bote, al ver que se acercaba, se miraron con inquietud, murmurando: Duarte."
Evaristo Ralsagi, "Duarte en Cabo Verde" (Novela original).

(Continuando con los éxitos comenzados aquí.)