23 enero 2006

Chichikov.

No se si habréis leído ya "Almas Muertas", de Gogol, pero si no es así, no se a que esperáis... Su maravilloso protagonista, Chichikov, aparece también en las páginas de la satánica fantasía de Ramón J. Sender "Las Criaturas Saturnianas", y la verdad es que o en esas páginas es bastante más joven, o no sabría yo decir si cronológicamente es muy acertado. De todos modos, me alegré muchísimo de esa aparición estelar... lo importante era que, en efecto, Chichikov encajaba.

Se supone -y bueno, no sólo se supone, se ve en los fragmentos que dejó- que Gogol iba a ir "redimiendo" a su personaje, llevándolo desde ser el aventurero Chichikov, tan cuentista él, con su loco plan para enriquecerse, hasta algún propietario bastante paternal. Bueno, Gogol también es autor de una célebre carta en la que dice que los propietarios rusos deberían leer la Biblia a sus siervos y pastorearlos. Y recordemos que "Almas Muertas" es una magnífica novela pero inconclusa porque Gogol, ya loco, la quemó entre visiones del Diablo y mensajes "divinos" sobre lo inútil de la escritura novelística.

En cambio, los malditos personajes de "Las Criaturas Saturnianas" lo encuentran en un baile en el cual, todos conjeturan sobre si el desconocido Chichikov será en realidad cierto criminal... Y, pese a ser un invitado, las mujeres presentes, señoras y propietarias, se dedican a clavarle agujas al pobre hombre cada vez que éste pasa bailando o charlando cerca de alguna.
Este Chichikov de J. Sender es -insisto- un invitado, y se va a comer todo el esturión -a mi "Almas Muertas" me mete hambre- pero no es aceptado, y sí perseguido y vilipendiado. Gogol nos lo enseña así, capaz de aguantar estos hostigamientos en nombre de la ambición y el egoísmo, siendo al mismo tiempo un pobre tipo. Se viste muy bien y habla aún mejor, pero tiene dos trajes y las frases que suelta con su mejor sonrisa son aprendidas y las mismas en cada ocasión.

J. Sender hace aparecer un personaje de otro autor, pero lo entiende verdaderamente, y de esa comprensión nace, digo yo, la necesidad de incorporarlo a la obra propia. En cambio, un observador de la psicología humana tan profundo como Gogol habría usado su personaje para "sus propios fines", y en nombre de su moraleja, habría desvirtuado, estoy seguro, a alguien que parece real. Un Chichikov "redimido" sería una especie de traidor. ¿Pero de qué se iba a redimir ese hombre? ¿De no poseer 5.000 almas en unas tierras de Siberia?

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