Hablaré mejor y por ahora de esta mujer, de nombre artístico Ilham. Ella no es una narradora, al menos no lo es como yo. Es bailarina de danza oriental, y su contrapunto en nuestro espectáculo he comprobado que resulta fantástico y además, verdaderamente, un descanso para el público, ya que ver cuentacuentos pese a ser relajado pide cierta atención... como es lógico. En cambio ella es tan cautivadora que con entrar en escena tiene gran parte del trabajo hecho... ya se vuelven hacia ella todas las atenciones... Y lo demás debe ser muy, muy difícil, pero hace ver que para ella es coser y cantar. Que es lo importante.
Pues bien, ahora que tengo algo aparcado lo de los cuentacuentos, como algunos de mis compañeros, ella sigue, por su parte, a lo suyo... Por si os he despertado algo de interés, que debería, os dejo aquí un cartel que me ha pasado sobre las clases de esta disciplina que imparte en Madrid, y un Link a su Blog. A ver si os es útil lo primero y disfrutáis lo segundo.
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