Sigo tratando de pulir lo digital, para darle apariencia "natural"...
(Como siempre, pinchad para ampliar.)
Flechas clásicas para la caza o la guerra. De punta simple para tirar al blanco. En hoja de laurel para perforar armaduras. En bola para derribar sin matar. O con la cabeza silbante para sembrar el terror entre el enemigo. Flechas de trinchete para cortar cuerdas o en luna creciente para cortar miembros. Flechas espinosas o en punta de serpiente para provocar heridas incurables. Como ves, en el arte de hacerle daño al prójimo la imaginación del hombre no tiene límites.
Jean Van Hamme, guión de Los Arqueros, 1985.