25 septiembre 2013
21 septiembre 2013
04 septiembre 2013
NO WAR
Últimamente, y ante las nuevas intenciones de los USA de montar otra guerra más en Oriente, los medios de comunicación afines a Obama nos han tratado de presentar la disyuntiva como un dilema personal de ese presidente: Que él, tan bueno, no quiere una guerra y que sólo la obligación le llevaría a una, que sufre personalmente al verse en tamaña tesitura, que quiere la paz pero para conseguirla primero debe terminar con la posibilidad de conflicto que se ha abierto ante el mundo...
Curiosamente, mientras esta peculiar forma de ver las cosas saltaba a los titulares, tuve el placer de ver "Hero", de Zhang Yimou (2002), maravillosa película wuxia en la cual un ferocísimo señor de la guerra, que mantiene abierta una campaña interminable, se justifica ante la Historia y ante sí mismo con argumentos semejantes. Él tiene un sueño de paz, pero para alcanzarlo de modo definitivo precisa primero eliminar todo lo que pueda ser causa de discordia. Sus hombres de confianza le consideran un tirano, nos revela, pero su guerra tiene como objetivo labrar la paz de mañana. Es un incomprendido.
No quiero spoilear la película a quien quiera verla, pero últimamente no hago más que pensar en la valiosa lección que se lleva ese rey oriental. Para la paz sólo hay un camino. Uno sólo. Sin explicaciones, excusas, ni nada que se le parezca.
Tiemblo, porque esos incomprendidos a los que incluso sus íntimos consideran tiranos aparentemente no han visto Hero. Ni nada.
Curiosamente, mientras esta peculiar forma de ver las cosas saltaba a los titulares, tuve el placer de ver "Hero", de Zhang Yimou (2002), maravillosa película wuxia en la cual un ferocísimo señor de la guerra, que mantiene abierta una campaña interminable, se justifica ante la Historia y ante sí mismo con argumentos semejantes. Él tiene un sueño de paz, pero para alcanzarlo de modo definitivo precisa primero eliminar todo lo que pueda ser causa de discordia. Sus hombres de confianza le consideran un tirano, nos revela, pero su guerra tiene como objetivo labrar la paz de mañana. Es un incomprendido.
No quiero spoilear la película a quien quiera verla, pero últimamente no hago más que pensar en la valiosa lección que se lleva ese rey oriental. Para la paz sólo hay un camino. Uno sólo. Sin explicaciones, excusas, ni nada que se le parezca.
Tiemblo, porque esos incomprendidos a los que incluso sus íntimos consideran tiranos aparentemente no han visto Hero. Ni nada.
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