Sí, vigésimo aniversario. Hace 20 años, aún sin salir de la escuela de Arte Nº10 de Madrid, ya cumpliendo mi sueño de convertir el dibujo en mi trabajo, abría este blog para hacer partícipe de mi evolución y mis andanzas a toda persona que quisiera prestarme un momento de atención. ¿Un blog? Sí, es lo que se hacía entonces. En la primera entrada incluía un pequeño collage que cinco años después, aún ilusionado, autoversionaba con esta viñeta. Un coche steampunk habitado por unos personajes desconocidos, sin nombre.
Desde entonces ha llovido mucho. A veces he podido dedicarme a la ilustración y a veces no. Hemos asistido a la crisis del rubro, en especial desde la Recesión de 2008, y a su posterior persecución por parte de los grandes industriales tecnológicos. También hemos sido testigos de la decandencia de Internet (otro gran sueño, este colectivo) a garras de las redes sociales, propiedad de esos mismos industriales que mencionaba. Parece que el sueño de unas pocas personas, muy pocas pero muy poderosas, está en acabar con los sueños de los demás. Con sustituir las actividades creativas, comunicadoras, plurales, involucradoras, interpelantes, por un producto prefabricado, preexaminado, personalizado, incomunicante, concluso, finalizado.
Van ganando. Nos dicen que la Gente, sea lo que sea eso, está encantada con la idea. Ante esto, resistir parece la opción difícil.
Es la mía. El coche sigue rodando, como podéis ver ahí arriba. Sigue siendo un dibujo, y su sitio sigue siendo Internet. Sigue estando vivo. Y si yo estoy vivo dentro de otros veinte años, espero volver a traéroslo. Un abrazo.
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